Los clorofluorocarbonos (CFC, por sus siglas en inglés) se usaban ampliamente en aplicaciones industriales como refrigerantes, espumas aislantes y disolventes. Melendi (s/f) menciona que los CFC son productos de síntesis formados por átomos de carbono, cloro y flúor, que poseen propiedades físicas y químicas adecuadas para ser empleados en múltiples aplicaciones; tienen alta estabilidad química, bajos puntos de ebullición, baja viscosidad y baja tensión superficial.
Pero, estos componentes son tóxicos que son transportados por fuertes vientos hacia la estratosfera, en un proceso que puede tardar de 2 a 5 años. No obstante, ellos se descomponen en la estratosfera y liberan cloro, el cual ataca al ozono, puesto que cada átomo de cloro actúa como catalizador, combinándose y descomponiendo repetidamente hasta 100 mil moléculas de ozono durante el tiempo que permanece en la estratosfera.
Por otra parte, otras sustancias que destruyen el ozono son los pesticidas como el bromuro de metilo, el halón usado en los extintores de incendios y el cloroformo de metilo utilizado en procesos industriales. Por lo tanto, la principal causa del adelgazamiento de la capa de ozono está determinada por la liberación excesiva de cloro y bromo en la atmósfera, donde son producidos por componentes de la industria, también, se ha probado la incidencia directa de estos compuestos en el grosor de la capa de ozono y se consideran sustancias nocivas para la misma.
No obstante, el problema con estas sustancias es que no se eliminan de forma natural mediante la lluvia o el viento, sino que permanecen en la atmósfera por muchísimo tiempo, desplazándose hasta la estratósfera, donde se acumulan. La emisión de estas sustancias es responsable de aproximadamente el 90% de la destrucción total de la capa de ozono en la estratósfera. Sin embargo, Gregori (2018) menciona que el mejoramiento de la capa de ozono, necesitaría varias décadas más, puesto que una experta en ozono de la NASA hace referencia a que los gases CFC´s tienen una vida útil de 50 a 100 años, ocasionando así que permanezcan durante mucho tiempo en la atmosfera.
Es de resaltar, que en el año 1974 se descubrió el efecto de los clorofluocarbonos sobre el ambiente y la vida humana, específicamente su incidencia en la composición y destrucción de la capa de ozono y fue gracias al químico estadounidense F. Sherwood Rowland y el químico estadounidense nacido en México Mario Molina que demostraron que los clorofluorocarbonos industriales (CFC) destruían la capa de ozono, que es la protege a la vida del plantea de la radiación ultravioleta procedente del Sol. Y en relación a ello, toda la producción legal de CFC’s finalizó en 1995 en todos los países industrializados y en los países en vías de desarrollo durante el año 2010.
Referencia
- Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos. (2001). La disminución de la capa de ozono. [Documento en Línea] Disponible: https://www.epa.gov/sites/production/files/documents/ozono.pdf [Consulta 2018, Marzo 04]
- Gregori, J. (2018). El agujero en la capa de ozono se reduce un 20%. [Artículo en Línea] Disponible: http://cadenaser.com/ser/2018/01/05/ciencia/1515154714_784135.html [Consulta 2018, Marzo 04]
- Melendi, D. (s/f). Compuestos Clorofluorocarbonados (CFC). [Página en Línea] Disponible: https://www.mendoza-conicet.gob.ar/portal/enciclopedia/terminos/CompClorofl.htm [Consulta 2018, Marzo 04]
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