Según Díaz, B. (2016) describe que es el que tiene factores asociados que pueden afectar negativamente a la salud de la madre o del feto. Por tal motivo, un embarazo de alto riesgo es aquel que puede poner en peligro la vida tanto del feto como de la madre por diferentes factores. Se puede decir, que sólo un 10% de los embarazos se consideran de alto riesgo, aunque no hay un acuerdo unánime sobre cuáles deben ser considerados como tal, puesto que las causas que provocan un embarazo de alto riesgo son muy variables y pueden ocurrir antes, durante o después de la gestación. El término se refiere a que circunstancias médicas, sociales, ginecológicas u obstétricas puedan poner en riesgo la salud de la madre, del bebé, o de ambos, con una probabilidad superior a la de la población general durante la gestación, el parto o el puerperio.
Causas
Las causas del embarazo de alto riesgo son muy variadas, pero existen una serie de factores asociados al mismo, algunos de los cuales están presentes antes de que la mujer quede embarazada, mientras que otros se desarrollan durante la gestación. Es importante identificarlos precozmente (idealmente antes de que se produzca la concepción) para estimar su importancia y disminuir así las consecuencias adversas de los mismos, debido a que aumentan tanto la incidencia de complicaciones durante el embarazo, como el riesgo de que la situación se repita en gestaciones posteriores. Díaz (ob. Cit.) considera tres grandes grupos de factores de riesgo o causas del embarazo de alto riesgo:
1) Factores Modificadores: Son aquellos que no necesariamente provocarán un embarazo de alto riesgo pero representan un riesgo añadido:
a) Antecedentes Sociales: Mujeres menores de 15 años y mayores de 40 años; mujeres extremadamente delgadas (IMC menor de 17) o con sobrepeso (IMC mayor de 35); o con una talla excesivamente baja (menos de 150cm); que la paciente viva lejos del Centro de salud; un embarazo no controlado o con mal seguimiento; que la madre tenga adicciones (alcohol, tabaco, drogas).
b) Antecedentes Obstétricos Previos Desfavorables: Abortos de repetición (más de tres), pérdidas fetales en embarazos previos, malformaciones o anomalías congénitas del feto, crecimiento intrauterino retardado, parto prematuro.
2) Antecedentes Médicos: Son aquellas enfermedades crónicas como tensión arterial alta, problemas del corazón, alteraciones del metabolismo (diabetes, hipotiroidismo o hipertiroidismo, obesidad), trastornos de la coagulación sanguínea, enfermedades del riñón, enfermedades inmunitarias, trastornos mentales, cáncer, trasplantes de órganos, infecciones de transmisión sexual y otras infecciones, enfermedades endémicas (propias de algunas etnias), o anomalías del aparato reproductor.
3) Patología en el Embarazo Actual: Preeclampsia y eclampsia, gestaciones múltiples gemelares monocoriales (una única placenta para dos hermanos), placenta previa, ruptura prematura de la bolsa amniótica, amenaza de parto prematuro, diabetes gestacional mal controlada, retraso en el crecimiento fetal, colestasis gravídica, malformaciones fetales, alteraciones del líquido amniótico (tanto por falta – oligoamnios, como por exceso – polihidramnios), infecciones materno-fetales durante el embarazo, o incompatibilidad de grupos sanguíneos madre-bebé.
Cuidados
Mongrell, V. (2011) menciona 4 cuidados fundamentales para aquellas mujeres que presentan un embarazo de alto riesgo:
*Frecuentar al Médico: Las mujeres que tienen un embarazo de alto riesgo requieren de un control médico exhaustivo y continuado. Estas pacientes deberán realizarse controles prenatales, más ecografías que en un embarazo convencional, análisis de sangre y orina, etc. De esta manera, él podrá seguir de cerca la evolución del embarazo y prevenir cualquier situación preocupante. No hay que olvidar informarle sobre todos los problemas de salud que se tenga ya sea diabetes, hipertensión o anemia. Estas condiciones tendrán una gran influencia en los cuidados prenatales que pueda necesitar la embarazada.
*Tener una Dieta Saludable: La embarazada deberá seguir una dieta saludable y equilibrada a lo largo de todo el embarazo y, especialmente, si es considerado de alto riesgo. Tomar cereales integrales, pescado, carnes blancas, asegurar de comer muchas frutas, verduras, granos enteros, alimentos ricos en calcio y bajos en grasas saturadas. Solo así la embaraza podrá adquirir la cantidad de folato (Nutriente del complejo de la vitamina B), hierro y todos los nutrientes esenciales que necesitará durante el embarazo.
Asimismo, debe tratar de beber mucha agua y evitar el consumo de dulces y café, por ejemplo, son algunas de las recomendaciones a seguir en el embarazo. Además, la mujer no debe beber alcohol durante el embarazo puesto que incrementaría la probabilidad de malformaciones fetales y parto prematuro. Tampoco se debe fumar ni tomar otro tipo de drogas durante el embarazo, porque puede complicar seriamente el embarazo hasta convertirlo en un embarazo de alto riesgo.
*Cuidar el Peso Corporal: El sobrepeso puede empeorar todo más de lo que se imagina. Por este motivo, es importante que la embarazada cuide su peso; para ello, debe llevar una dieta balanceada y practicar algo de actividad física, se debe tener en cuenta que esta deberá ser aprobada por el doctor.
*No Estresarse: Los embarazos de alto riesgo suelen constituir verdaderas fuentes de preocupación y de ansiedad, pero no hay que dejar que ellas guíen. Se debe procurar conservar la calma y pensar en positivo, escuchar música, realizar algo de yoga y practicar alguna técnica de respiración.
No obstante, otros cuidados pueden ser:
*Suplementación farmacológica con ácido fólico, yodo y otras vitaminas entre las 4 semanas anteriores y las 12 semanas tras la concepción (aunque puede prolongarse).
*Una revisión previa a la gestación puede minimizar el riesgo, porque en casos de malos antecedentes obstétricos pueden ser necesarias pruebas específicas como: estudios genéticos, pruebas de coagulación y grupo sanguíneo, estudio hormonal e inmunitario, o detección de anomalías en el aparato ginecológico, de manera que la mujer pueda ser tratada de forma adecuada antes de recomendar un nuevo embarazo.
*Es recomendable la atención en centros especializados en medicina materno-fetal o perinatal.
*Evita ambientes con humo, fármacos o tóxicos con potencial teratogénico.
*Adaptarse a la situación de “alto riesgo”, seguir escrupulosamente las instrucciones del médico, y solicitar apoyo en caso de necesitarlo.
*Los padres que se encuentran ante esta situación requieren en muchas ocasiones de apoyo psicológico, debido a que lo que tenía que ser un momento dulce de su vida se ha convertido en una fuente de preocupaciones y de incertidumbre que puede crear un estado de nervios y ansiedad. La mujer requerirá de un mayor grado de atención y de apoyo tanto de su pareja como del médico con el que es preferible establecer una relación de confianza. Algunos especialistas aseguran que sirve de ayuda hablar con otros padres que hayan sufrido la misma situación a la hora de afrontar un embarazo de alto riesgo.
*El momento del parto deberá ser planificado, aunque esto no significa que vaya a ser necesariamente por cesárea. Sin embargo, en los embarazos de alto riesgo, el parto suele estar inducido y controlado en todo momento para evitar poner en peligro la salud de la mujer y/o la de su bebé.
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