Son los sobreesfuerzos que pueden producir trastornos o lesiones musculoesqueléticos (TME) en la persona trabajadora, provocados por la interacción inadecuada entre la persona y el trabajo que realiza, ya sea por el tipo de trabajo, las herramientas utilizadas o el ambiente laboral. Por lo tanto, pueden estar presentes en empresas de paquetería y reparto, empresas de mudanzas, servicios de limpieza en oficinas u operaciones de estiba (proceso a través del cual se efectúa una correcta colocación y distribución de mercancía en las diferentes unidades de carga) en puertos marítimos comerciales.
Por otro lado, los TME son aquellas alteraciones que sufren las estructuras corporales como tendones, músculos, nervios, huesos, articulaciones y el sistema circulatorio, debido al trabajo o al entorno en que este se desarrolla.
Tipos
a) Aplicación de fuerzas: Son aquellas tareas que requieren de fuerzas excesivas, tales como manipular cargas pesadas, pueden ocasionar dolores de espalda hasta lesiones tendinosas.
b) Posturas forzadas: Estas posturas, tales como agacharse frecuentemente, pueden causar fatiga muscular y dolores, mantener una postura forzada durante un prolongado periodo de tiempo provoca contracción continua del músculo, falta de circulación y pérdida del aporte de nutrientes y oxígeno a tejidos y órganos.
c) Movimientos repetitivos: Este tipo de acciones son mucho más frecuentes de lo que puede parecer, debido que incluyen entre otras la digitación en un teclado o la manipulación de herramientas. Su principal problema es que aumentan el riesgo de lesiones musculares y de desarrollar enfermedades repetitivas como el síndrome del túnel carpiano.
d) Posturas estáticas: El estatismo postural, es decir, mantener una posición inmóvil por períodos prolongados, pueden causar fatiga y dolor en el cuello, la espalda, los hombros y los brazos. Los ejemplos más claros son estar de pie o sentado por períodos prolongados y pueden causar fatiga y dolor en las piernas, los pies y la espalda.
e) Ambientales: Forman parte de este grupo la iluminación, el ruido, la temperatura, la humedad y la vibración. La exposición prolongada a niveles inadecuados de alguno de estos factores puede causar problemas de salud a largo plazo, como dolores de cabeza, fatiga, estrés y lesiones musculoesqueléticas.
f) Factores vinculados al espacio y equipos de trabajo: Aquí se incluyen elementos como la disposición de los muebles y equipos, el diseño de los procesos de trabajo y la accesibilidad a las áreas de trabajo. Estos factores pueden afectar la postura, la movilidad y la eficiencia de los trabajadores, así como su salud y bienestar a largo plazo.
g) Variables individuales del trabajador: Son aquellas que conllevan la existencia de necesidades de protección diferentes. Las variables más relevantes son la antropometría, capacidad física, el estado de salud general, la edad o el estilo de vida y suelen ser especialmente relevantes en trabajos mecánicos y de fuerza.
h) Uso de pantallas: La exposición continua a pantallas es cada vez más frecuente, tanto en nuestra vida cotidiana como en nuestro desempeño laboral. En relación a ello, la constante exposición a pantallas luminosas puede perjudicar en primera instancia la vista de los empleados, porque el trabajo con pantallas conlleva la exposición a riesgos laborales con la posibilidad de producir patologías ampliamente estudiadas en sus usuarios, como por ejemplo, trastornos musculoesqueléticos, problemas visuales, fatiga mental, microtraumatismos en dedos y/o muñecas.
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